martes, 29 de mayo de 2012

Me atraparon las palabras

Me atraparon las palabras, quien las diga o las proponga. Las mias, las ajenas, las del infinito.
Me atraparon las palabras, vinieron en montones a cortar mi descanso de placenta, mi sublime pasividad.
Me atraparon y fueron tan amables como terribles, desnudaron de verbos mi cuerpo y pusieron todos los acentos en mis caderas.
Me besaron en las manos, con poder y miel con sal. Me abrieron todas ellas las heridas y el dolor, la cura. Me atraparon las palabras, amigas y enemigas, con brazos fuertes y puntos y comas en sus pesares.
Me atraparon como a tantos, entre gritos, tinta y anestesia.
Todas ellas, todas yo, nos reímos entre sílabas.
Me atraparon las palabras y con ellas todas sus letras.

jueves, 10 de mayo de 2012

Remitente

Quizás nunca pueda responder a las preguntas que me hacía yo misma aquella mañana, pero en todo caso, la carta estaba enviada y solo quedaba esperar la respuesta.
Ese mismo día, después de llevarla al correo, salí a dar una vuelta por quien-sabe-donde, que era mi destino preferido. Repasé los momentos en los que había escrito, suponiendo que si encontraba algún error en mi memoria, podía correr hasta la oficina de correo y rogar al empleado que me devolviera la carta.
Repasé, entonces, sílaba por sílaba, punto por punto y símbolo por símbolo. Nada. Ningún error. Me senté, así, en un banco y reviví mentalmente las imágenes: el papel, el sobre, la tinta... nada, ningún error.
Bien, supuse que todo había salido bien y que mi respuesta llegaría a tiempo.
No fue así, pues, fueron cuatro largos meses de espera. Cuatro meses, tres días y ocho horas. Y la respuesta aun no llegaba. Hasta hoy.
Adquirí un hábito bastante molesto: me senté en cada desayuno al costado de la puerta y cada 7 u 8 minutos espié por la mirilla solo por si acaso. Durante 5 horas, y 34 minutos, en cada mañana, todos los dias. Nada. Hasta hoy.
Mis amistades, mis planes y proyectos quedaron suspendidos, nada podía seguir su curso, pensé, hasta no obtener esa respuesta. Pues así lo hice, hasta hoy.

Hoy a la mañana recibí una carta que tenía por remitente aquel que yo esperaba. Tardé tres horas, once minutos y veintitrés segundos para por fin, animarme a abrirla y ahora mientras la sostengo entre mis manos, las palabras se ríen amablemente de mi y el tiempo perdido solo fue tiempo al fin y al cabo.


No hay error después del error.
Solo páginas en blanco.



viernes, 4 de mayo de 2012

Desnudo


Acá no tienen reposo mis piernas salvajes,
bailando entre las espinas y las nubes,
acusando a mano suelta a mi propio genio.





y pienso...
que quizás me haya desnudado demasiado.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Corre

Corre,
y las luces que se asoman encandilan
y los autos que pasan chocan
y los sueños que ceden aceleran la marcha 
y aun el viento no está en contra
y la tierra se mueve frenética
y las piedras desaparecen

Corre,
y la velocidad como encanta, asombra.