Con ellas, con él, con ellos, con el simple calor de una palabra mayor, varios componentes, varios esfuerzos. Todo vibra, todo habla de un tiempo distinto que se pasa y parece irse pero permanece. Todo vibra, lo dije.
Perteneciendo, amando, brillando en conjunto y satisfecha de ganas, de risas...
Quizás, digo, sea ese momento de luz casi fantástica antes de la tormenta, esa brisa de mal augurio que nos llena de sol para amortiguar el cemento.
Pero, ¿quién podría saberlo?
Mejor es, disfrutar.