Su infierno, miró su infierno. Les dijo que el viento era ajeno, que iba a encontrar el rumbo, que iba a girar el mundo.
A ellos escupió el secreto, los dejó con todo puesto. A ellos les dijo hermanos, y acuchilló su pecho tieso.
A ellos que son del mundo, les puso la mano tibia. A ellos que miran nada, a ellos.
Y siempre que recuerdan, las palmas y los misterios, a ellos que ya no son ellos, les da frío el silencio.
Y el otro que se confunde, que escribe con prosas negras, le puso nombre a la noche, y desenfundó la leña.
Se agradece el dibujo (que ha sufrido alteraciones)
A Luz - http://alahoradelsol.blogspot.com/