jueves, 9 de junio de 2011

Piedra buena, yerba terca


Ya no llora porque el tiempo ha dejado sin efecto las heridas que mordieron alguna historieta en su pecho.

Sonríe aunque no mucho, y con una mueca leve, recortando los momentos con un palo de pegar

Ya no es más que una gaviota, empeñando sus días de gloria, por un momento libre de prejuicios a todo motor.

Ya no es más que un signo en pena, mal que le pese, ella ya no suena a dulce voz de primavera ni mucho menos a trombón

Aunque ella es piedra buena, de la yerba mala y terca, rubio seco heredó su corazón.

La han querido pocos hombres, aunque muchos no la nombren, la han amado hasta morir.

Pero hoy, tras nuevos años, despertandose del sueño, ya no es más que un puro cuento, sin color y sin sabor.

Y es que de ella yo me llevo, un tanto bueno, un tanto reo, las verdades y las curas, me las guardo y sigo yo.

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