Por fin estamos a solas, tu cuerpo en mis manos y mis manos doloridas; tus palabras en mis discursos, y mis letras en tu boca. Somos dos personas distintas que surgieron de una misma inicial, alegando que eran una...fuimos tan hipócritas.
Fuimos un puente abandonado conectando nuevos mundos, pero sin ningún explorador al paso...fuimos hermosas, y fuimos arpías...y vos ahora me decís que mis ojos muestran la locura que dejó aquel tiempo; y yo también lo veo en tus pies.
Me pedís piedad, pero no hay forma de desatarnos;
tu fuerza,
mi espejo,
el lúgubre camino hacia los deseos, vos sabés...
nunca fue así cuando estabamos vivas.
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