Volviste a la par de un centenar de excusas, una mirada y un argumento pobre. Vos volvías mientras el panorama era absurdo y de nuevo estabas equivocado conmigo.
Me dejás al revés, como siempre.
Acá sigo manejando mi propio colectivo; y es verdad que sos mentira, es verdad que ellos tienen razón.
Muero un poco, y reencarnan nuevas partes de mi.
Dónde habrás dejado tus fábulas, tus intrigas, tus traumas...no me importa.
Ahora soy solo yo y una foto.