viernes, 10 de abril de 2009

Carta de una madrugada caprichosa



Vos:


Hoy, que estoy en primaveras, las manos, los ojos y los pies, que ya no son tuyos, me persiguen: son un fantasma en llamas.
Vos, que sos un ser que fue, como en viñas mañaneras me enjuagas el silencio sin darte cuenta. Y sos presencia todavía.
Casi tan increíble que no lo creo: sigo escribiendo sobre tus voces.
Sos todavía.
Sos la medianoche.
Sos el cuerpo eterno entre mis brazos.

y me alejás del mundo que enrojece, porque si doy un paso hacia esa puerta, tu fuerza (que ya no es tuya) me empuja hacia las respuestas que nunca tuve.

...y hoy, que estoy en primaveras, vos sos el otoño que nubla mis intentos.

Atentamente. Ella.

Sos, seguis siendo, vas a ser catarsis para mis lunes...por mucho tiempo más.

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